Querid@s amig@s:
Por la presente, pedimos su apoyo para la
carta que hemos redactado y que tenemos la intención de publicar en ocasión del
primer Día Internacional de los Bosques, el 21 de marzo, un nuevo
día internacional propuesto por la ONU.
La carta siguiente, que será enviada a la ONU
y a sus iniciativas e instituciones relacionadas con los bosques, está motivada
por el hecho de que, a pesar de ésta y otras iniciativas que ha tomado la ONU
para llamar la atención sobre los bosques a nivel internacional, el proceso de
deforestación, que afecta especialmente a los bosques tropicales, continúa, y
las soluciones propuestas no han enlentecido la pérdida de bosques tropicales
en el mundo, sino todo lo contrario. Esto está directamente relacionado con el
hecho de que esas “soluciones”, como REDD+, no apuntan a los factores
subyacentes de la deforestación, y refuerzan la idea de una falsa
sostenibilidad.
La destrucción continua de los bosques afecta
directamente la vida y el futuro de cientos de millones de personas que
dependen de los bosques.
Pedimos que la mayor cantidad posible de redes
y organizaciones nacionales e internacionales firmen esta carta hasta el 19
de marzo, pero también serán más que bienvenidas las firmas de particulares
y activistas, quienes deberán mencionar su país u organización.
(1) Para más
información sobre la deforestación, ver el boletín nº 188 del WRM, que figurará
próximamente en www.wrm.org.uy.
(2) http://www.wrm.org.uy/forests/Forests_Much_more_than_a%20_lot_of_trees.html.
(2) http://www.wrm.org.uy/forests/Forests_Much_more_than_a%20_lot_of_trees.html.
Rogamos enviar su adhesión a la siguiente dirección de correo
electrónico:forest@wrm.org.uy
CARTA
ABIERTA A LA ONU Y SUS INSTITUCIONES E INICIATIVAS RELACIONADAS CON LOS
PROBLEMAS DE LOS BOSQUES (FAO, CDB, CMNUCC Y FNUB)
21
de marzo – Primer “Día Internacional de los Bosques”
Un llamado a detener de manera urgente la destrucción de los bosques, combatiendo las causas subyacentes
Un llamado a detener de manera urgente la destrucción de los bosques, combatiendo las causas subyacentes
La
ONU ha lanzado una iniciativa más para llamar la atención sobre la suerte de
los bosques del mundo: a partir de 2013, el 21 de marzo será el Día
Internacional de los Bosques. Pero, si se considera que el Año Internacional de
los Bosques celebrado por la ONU en 2011 pasó mayormente desapercibido,
¿logrará este Día cambiar algo para los bosques y la gente que de ellos
depende?
De
hecho, la ONU debería estar al frente de las medidas para detener la
deforestación tropical y, por lo tanto, conocer y tratar adecuadamente las
causas de la pérdida de bosques. Las causas directas más importantes son muy
bien conocidas, e incluyen la explotación de madera, la conversión de zonas
boscosas para la agricultura y la ganadería, las plantaciones industriales de
árboles, la urbanización, la minería, la explotación de petróleo y gas, las
represas hidroeléctricas y la cría industrial de camarones. En cambio, las
causas subyacentes de la deforestación, que son múltiples y están estrechamente
relacionadas entre sí, son menos fáciles de ver, y suelen ser menos discutidas
y comprendidas. Un análisis profundo de las causas subyacentes de la
deforestación, emprendido por la ONU a fines de los años 1990 con una
significativa participación de la sociedad civil, concluyó que dichos factores
de deforestación están relacionados con la tenencia de la tierra, la gestión de
los recursos, el comercio, las relaciones económicas internacionales en general
y la exclusión social.
La
FAO afirma que la deforestación fue menor en el período 2000-2010, comparado
con la década anterior. Sin embargo, durante ese período se destruyeron
anualmente 13 millones de hectáreas de bosques principalmente tropicales,
manglares incluidos, y la cifra actual es probablemente aun más alta, dado que
la FAO sigue considerando a las plantaciones industriales de árboles como
bosques. Al definir el “bosque” como cualquier tierra con cierta cantidad de
árboles, la FAO distorsiona los datos: la pérdida de bosques reales parece
menor de lo que es, porque para la FAO un monocultivo industrial de árboles es
lo mismo que un bosque diverso que provee hogar y alimento a quienes de él
dependen.
El
Día Internacional de los Bosques deriva del renovado interés internacional por
los bosques tropicales, que comenzó cuando los negociadores del clima
incluyeron el papel de los bosques en la agenda de las negociaciones climáticas
de la ONU: desde 2007, las cumbres de la ONU sobre el clima están debatiendo
sobre REDD – Reducción de las Emisiones derivadas de la Deforestación y la
Degradación de los Bosques. ¿Pero acaso los esfuerzos dedicados a REDD+ han
logrado reducir la deforestación o, al menos, invertir la tendencia actual?
¿Las muchas iniciativas emprendidas desde que apareció REDD han aminorado la
pérdida de bosques en el mundo? ¿Los manglares (“carbono azul”) están hoy menos
degradados que en 2007? ¿Los derechos de los pueblos de los bosques están
siendo mejor protegidos hoy que en ese año? ¿Las promesas de los gobiernos del
Norte de aportar 7.700 millones de dólares, y la renovada atención
internacional hacia los bosques, han logrado realmente disminuir y finalmente
detener la desaparición de los bosques?
Informes
recientes provenientes de Brasil e Indonesia, los dos países donde hubo mayor
pérdida de bosques entre 2000 y 2010, indican que, luego de disminuir durante
poco tiempo, según estadísticas de la FAO, la deforestación continúa y hay
varias nuevas zonas boscosas amenazadas por actividades a gran escala, llevadas
adelante por empresas comerciales, que resultan destructivas para los bosques.
Los
actores implicados en la destrucción de los bosques suelen participar al mismo
tiempo en proyectos que, supuestamente, apuntan a protegerlos, como por ejemplo
los proyectos REDD+. Entre dichos actores figuran empresas transnacionales,
gobiernos del Norte - aunque también del Sur -, instituciones financieras como
el Banco Mundial, grandes ONG conservacionistas y organismos de certificación.
Con la ONU a la cabeza, todos ellos defienden la llamada “economía verde”,
presentada como una propuesta “con la que todos ganan”, que aduce combatir
tanto la crisis económico-financiera como la crisis ambiental, redirigiendo
inversiones para desbloquear el llamado “capital natural”, con nuevas
tecnologías, supuestamente limpias (como las basadas en la biomasa), el
“mercado del carbono” y el comercio de “servicios ambientales” en general. En
los países de bosques tropicales, esto está provocando conflictos, violaciones
de los derechos humanos y resistencia. Lejos de desaparecer o, al menos, de
disminuir, la destrucción ha aumentado. (1)
¡Es
urgente detener la destrucción de los bosques!
Esta
carta es un llamado internacional a detener, y no sólo a “reducir”, la
destrucción de los bosques. Los bosques son vitales para los pueblos que allí
viven y cuya forma de vida depende de ellos. Un líder indígena de la región
oriental de la República Democrática del Congo declara: “El bosque y
los pueblos indígenas pueden ser descritos como amigos inseparables. La vida de
un pigmeo depende enteramente del bosque, porque el bosque es nuestro hogar
‘por excelencia’. Puedo afirmar que, sin el bosque, no puede haber vida para
los pueblos indígenas”. (2) Para los pueblos en aislamiento voluntario
es especialmente importante que se detenga la deforestación y se reconozcan sus
derechos territoriales. El aumento de la apropiación de tierras, que ocurre
principalmente en zonas boscosas, y la continua destrucción de los bosques,
sobre todo a través del “modelo de concesiones” para la extracción de madera,
la agricultura y la minería, pone en peligro la permanencia del aislamiento
voluntario porque, la mayor parte de las veces, las zonas donde los pueblos
voluntariamente aislados pueden aún sobrevivir en este planeta y mantener su
forma de vida son las que los acaparadores de tierras tienen en la mira.
Detener
la pérdida de bosques es también crucial para combatir la exclusión social y
respetar los derechos de la Naturaleza y su valor intrínseco. Además, los
bosques son importantes para la humanidad en general, y especialmente para las
poblaciones de los países de bosques tropicales. Es muy preocupante que los
bosques estén siendo cada vez más afectados por los efectos del cambio
climático. La perpetuación del actual modelo de producción y de consumo está en
el origen tanto de la crisis climática como de la crisis de los bosques. Así,
toda iniciativa que apunte a detener verdaderamente la deforestación – o a
evitar un cambio climático incontrolable – deberá ocuparse de las raíces del
problema.
Para
detener la deforestación, es necesario eliminar las causas subyacentes de la
pérdida de bosques. Las medidas urgentes para ese fin son:
-
Reconocer los derechos que poseen sobre sus territorios comunales las
comunidades del bosque y las que de él dependen, y en especial los pueblos
indígenas en aislamiento voluntario. Entre esos derechos debe figurar el de
controlar las decisiones que afectan sus territorios.
-
Definir los bosques en función de su verdadero significado para los pueblos que
de ellos dependen; excluir de dicha definición las plantaciones industriales de
árboles: las plantaciones no son bosques.
-
Denunciar y detener la destrucción causada por las empresas transnacionales y
otros actores que lideran el proceso de acaparamiento de tierras; en la última
década se vio que las transnacionales no pueden ser reglamentadas: su
existencia y creciente influencia es la principal amenaza para el futuro de los
bosques tropicales.
-
Exponer y poner fin al modelo de falsas soluciones que proponen las grandes
empresas, como actividades a gran escala “sostenibles” en bosques tropicales,
REDD+, comercio de servicios ambientales, asociaciones entre los sectores
público y privado, “economía verde” certificada, etc. Proponer y defender en
cambio soluciones auténticas, es decir, defender las economías locales en lo
que respecta al uso, por ejemplo, de los minerales, la biomasa y la energía.
Reiteramos el llamado de la red internacional Oilwatch:
¡Dejen
el petróleo y el carbón en el subsuelo!
-
Apoyar las iniciativas tendientes a consumir menos productos que destruyen el
bosque, en vez de las que promueven la compra de productos certificados
provenientes de operaciones a gran escala y de compañías que siguen destruyendo
los bosques.
Sobre
todo, en este primer Día Internacional de los Bosques exhortamos a la ONU y a
sus instituciones relacionadas con los bosques a tener en cuenta las lecciones
de iniciativas pasadas: mientras no se tomen medidas para eliminar las causas
profundas de la deforestación, será ilusorio intentar detener la desaparición
de los bosques.
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